El Hígado controla los tendones

Los tendones dependen del Hígado para su nutrición. Si la Sangre del Hígado es abundante, puede alimentar a los tendones y que pueda circular con normalidad. Si la Sangre del Hígado es deficiente, la Sangre deja de alimentar a los tendones y puede resultar en entumecimiento o rigidez. Los tendones se secan y son menos flexibles. Se incrementa el riesgo de lesiones. Las lesiones deportivas en atletas a menudo se pueden atribuir a este mecanismo. Los atletas realizan una actividad física excesiva, lo que genera Calor, seguido por la transpiración. La pérdida excesiva de líquidos corporales, por ejemplo, debido a la transpiración, puede resultar en la Deficiencia de Sangre, que a su vez conduce a una alterada alimentación de los tendones.

El Hígado controla la contracción muscular

El Hígado regula el movimiento físico, que incluye no sólo los nervios, sino también los tendones y los músculos. El Hígado regula el tono muscular. La alimentación insuficiente provoca la hipertonía de los músculos. El resultado es la tensión y la rigidez y se puede palpar.

Si la tensión o rigidez se limita a ciertas áreas, otras causas deben ser consideradas también.

El deterioro del tono muscular puede causar calambres, espasmos y tics. Cuando el viento agita el interior del Hígado se puede observar temblores, convulsiones y rigidez de la espalda arqueada.

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